El Triángulo Consciente
- Julia García
- 29 jul 2020
- 3 Min. de lectura

Aún recuerdo claramente donde estaba antes de todo esto:
Mi camino se encontraba en una serie de hábitos viciosos como comprar ropa que estaba en oferta, que obviamente no necesitaba, pero el precio era tan bajo que sería absurdo si no me lo compraba. Amaba ir a los centros comerciales a ver “que se me pegaba”; compraba comida en mi escuela a diario en desechables y después de 10 minutos me deshacía de ellos; tardaba mucho tiempo en bañarme; y así podría seguir con muchas cosas más, pero mi intensión no es venir a quemarme aquí contigo. Empezaré por el inicio.
Un día estaba buscando la manera de organizar TOOODA mi ropa para poder seguir metiendo más, y pensé que doblando mis jeans en un cajón entraría más ropa en el clóset. Luego de buscar en YouTube, encontré el ya famoso Método Konmari, y este en definitiva fue el parteaguas más importante de mi vida, pues desde entonces he cambiado mis hábitos y mi manera de ver todo. Me adentré tanto en el método de Marie Kondo que me deshice de muchísimas cosas, me hice una máster en el tema, sé como doblar absolutamente todo, me leí el libro entero en solo unos días y me pasaba viendo muchísimos vídeos para aprender más.
Luego de terminar el Método KonMari, comencé a conocer el mundo del minimalismo, pues como me había encantado depurar mis cosas ahora sólo quería vivir con lo que me era suficiente. Y eventualmente, si te adentras en el minimalismo, llegas al Zero Waste, pues sus objetivos se basan en tener y adquirir sólo lo suficiente. Aun que en cada uno de estos estilos de vida tengan mucho que ofrecer por separado, yo los veo como uno sólo, pues es el estilo de vida que fusioné para mí.

Este es el triángulo al que le llamo ser consciente, pues de la mano de Marie Kondo llegas a ser minimalista, o al menos lo intentas (sé que las familias mexicanas no pueden desprenderse de sus cosas tan fácilmente, por naturaleza somos acumuladores) y una vez en el minimalismo conoces el movimiento Zero Waste por su similitud en objetivos. Me atrevo a decir que estos tres se encuentran en perfecto equilibro, pues estos tres puntos te ayudarán a vivir una vida sustentable, y es básicamente en lo que rijo mis decisiones y mi vida en general.
Te pondré un poco más en contexto: Cuando empiezas el método konmari tienes muchísimas cosas a las que les puedes aplicar la regla de las erres: puedes rechazar una prenda por que no te gusta, o por que no te queda, o por que está rota, ¿no? Bueno, puedes reducir tu consumo por que sabes que ese tipo de blusas no van contigo, puedes donarla a otras personas para reutilizarla o puedes repararla cociéndole ese botón que le falta o parchando ese hoyito que se le hizo. Una vez que completes el método, podrás llegar a ser minimalista (en tu propio concepto, claro está), pues sólo tendrás lo que necesites realmente. Y ahora, en tus próximas compras, podrás ser consciente de que no necesitas tantas prendas, y que probablemente ese case para tu celular esté de más, pues ya tienes uno, y que sería mejor comprar en envases de vidrio para poder reutilizarlos, o que prefieres comprar una laptop de segunda mando, y mil cosas más a las que les puedes aplicar este triángulo consciente.
Siempre he creído que las cosas pasan por una razón, y desde que vi aquel primer vídeo en YouTube mi vida dio un cambio radical. Y un año después, cree este blog para plasmar mis avances y compartir mis logros y mis fracasos contigo, con el objetivo de que veas que es posible vivir así y que aún que estos tiempos son difíciles, requieren de personas valientes que impulsen al planeta. Por que sabemos que el puede seguir adelante sin nosotros, entonces debemos aprovechar lo que nos ofrece pero no abusar de ello.
Sígueme en mi instagram como @vidaresiduo_cero y compárteme tus comentarios e inquietudes. Estaré feliz de hablar contigo. Gracias por leer mi post.
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