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¡No al Tren Maya!

  • Foto del escritor: Julia García
    Julia García
  • 11 jun 2020
  • 4 Min. de lectura


El Tren Maya es un proyecto integral cuyo objetivo principal "es lograr el desarrollo sustentable del sureste de México”, según el documento presentado por el Gobierno Federal. El proyecto tiene como objetivos específicos lo siguiente:

  • Restaurar la conectividad biológica de áreas naturales para cuidar a los animales y la vegetación.

  • Favorecer la conservación de los ecosistemas y los servicios ambientales.

  • Rehabilitar los ecosistemas degradados, en especial en las Áreas Naturales Protegidas.

  • Reducir la tala ilegal e implementar acciones que promuevan un uso responsable del suelo.

  • Fomentar la producción agrícola y ganadera amigable con el ambiente para garantizar un mercado sustentable y sostenible.

  • Generar una economía basada en el aprovechamiento responsable de recursos naturales.

  • Impulsar actividades económicas que hagan un uso menos intensivo del suelo y de los recursos naturales.

El ambicioso proyecto que promete el Gobierno Federal no cuenta aún con el Procedimiento de Evaluación de Impacto Ambiental que exige la Legislación Mexicana, ganando la desaprobación de la Academia Mexicana de Impacto Ambiental, A.C. y diversos organismos nacionales e internacionales, siendo cuestionado por la comunidad científica por su viabilidad ambiental.


A pesar de la emergencia sanitaria que se ha generado a nivel mundial, el Presidente de la República dió el banderazo para iniciar el proyecto, ignorando a al menos una decena de organizaciones civiles y comunidades afectadas porque no se les ha informado adecuadamente sobre los impactos medioambientales que traerá esta obra.



El Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACyT) creó un estudio que pone en contraste lo propuesto por el Fondo Nacional de Fomento al Turismo (FONATUR) y la REALIDAD de la proyección de la obra. El estudio está creado por más de treinta personas de reconocida experiencia, adscritas a instituciones públicas de investigación, organizaciones no gubernamentales y organizaciones sociales regionales.

El estudio sostiene que el "megaproyecto emblemático del gobierno de Andrés Manuel López Obrador amenaza las poblaciones indígenas que viven en la Península, las reservas de biodiversidad y los mil 288 sitios arqueológicos ubicados a 10 kilómetros de las vías".

Más allá de ser un propuesta ecológica y favorecedora de la parte sureste de México, el proyecto pretende aprovecharse de manera comercial de la cultura de los pueblos mayas para la industria turística, aun que de esto dependa dañar áreas naturales protegidas, la fragmentación a los ecosistemas, la deforestación de selvas tropicales, la afectación a especies de fauna endémica y/o en peligro de extinción por pérdida de hábitat, la demanda de agua y potencial contaminación de cuerpos de agua, alta generación de residuos y contaminantes, entre otros impactos medioambientales irreversibles.

La ruta por donde se prevee que pase el Tren Maya aprovecha la vía existente del Ferrocarril del Istmo de Tehuantepec (FIT) entre Palenque y Valladolid. De Valladolid en adelante aprovecha los derechos de vía de diversas infraestructuras existentes con el objeto de reducir el impacto ambiental. Tomando en cuenta la realidad, de los 1500 kilómetros aproximadamente que se pretenden desarrollar, apenas en el 18% de estos hay vías existentes, no el 95% que se presenta en la página del Gobierno Federal. El resto se debe construir desde cero. Las vías existentes fueron construidas hace más de 150 años y su trazo y especificaciones no se ajustan a las necesidades de un tren moderno. En pocas palabras, no es posible usar lo existente.

"De acuerdo con los estudios de impacto ambiental, se establecerán medidas de contención, mitigación y compensación", según el Documento de Información del Tren Maya.

La idea de "reducir al mínimo el impacto negativo de la obra sobre el medio ambiente", no se está cumpliendo pues el Presidente de la República ha dado el llamado “banderazo de inicio” a un proyecto que no se ha legitimado adecuadamente. La falta de transparencia a costa de los estudios e información presentados por la comunidad científica sobre el impacto ambiental, económico y social que traerá esta obra para México, sobre todo para las comunidades indígenas de la zona pues ha incumplido con sus obligaciones internacionales en materia de consulta indígena.


La persona que debe ser ejemplo a seguir en el cumplimiento de las disposiciones legales y de las instituciones de Gobierno da paso al inicio de un proyecto que pone en riesgo un ecosistema frágil y con una gran biodiversidad, aprovechando la crisis sanitaria ambiental.


Es complicado comprender que todo esto este pasando en nuestro país, pero quiero invitarte a que te unas en redes sociales con el #Noaltrenmaya, etiqueta al gobierno federal y a funcionarios de FONATUR y comparte tu punto de vista respecto a lo que está sucediendo. Quiero también invitarte a leer los documentos que te he presentado resumidos en este post. Te anexo aquí abajito todos los links para que estes más enterado e informado.


No permitamos que nos quiten lo más preciado que tenemos, por que sin ecosistemas no habrá nada después.




REFERENCIAS:

 
 
 

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