Sobre la ropa de segunda mano
- Julia García
- 16 ago 2020
- 3 Min. de lectura

Desde que puedo recordar, en mi entorno ha sido muy mal visto adquirir ropa de segunda mano. Alrededor de esta idea se han acompañado una serie de mitos que nos llevan a creer que comprar la ropa nos posiciona en un status social más alto, y que aquellos que adquieren de segunda mano es por que sus condiciones económicas son muy bajas. Es importante dejar de lado estos pensamientos clasistas, y deshacernos de la idea banal de que la adquisición de prendas nuevas nos hace merecedores que mejores cosas en la vida.
Estoy segura de que ya han invadido tus redes sociales un montón de vídeos, imágenes y relatos entorno al Fast Fashion, por lo que me gustaría introducirte poco a poco en este tema que es tan amplio aún, con muchas preguntas y unas cuantas respuestas no muy bien sustentadas.
¿Qué es el Fast Fashion o Moda Rápida?
Nuestra rutina diaria requiere de más practicidad y rapidez, lo que nos ha llevado a consumir desmesuradamente sin detenerte a analizar lo que estas comprando porque... ¿quién tiene tiempo para eso?
Las tendencias, los status sociales y nuestro entorno en sí nos han presionado para moldearnos e intentar pertenecer en un ambiente en el que debemos encajar a como dé lugar. Me siento identificada con esto pues hace unos años pasé de usar uniforme en la secundaria a usar ropa común en la preparatoria, y me frustraba mucho al no tener tanta ropa como me gustaría pues lo último que quería era repetir una prenda, ¡imagínense! La industria del Fast Fashion produce demasiadas colecciones al año, un aproximado de más de 100 billones de prendas al año, convirtiendo a la industria de la moda en la segunda más contaminante (después de la del petróleo), todo para... ¿no repetir prendas? Suena absurdo.
No cabe duda de que el comprar y “tirar” se impuso en nuestras vidas, trayendo consecuencias irreversibles para el planeta y con ellos la explotación de las personas que trabajan en condiciones nefastas para cumplir con altos volúmenes de producción y satisfacer la demanda. Pero aquí es donde entra el debate:
¿Es realmente una explotación de trabajo
o fue una evolución en el país?
Tomemos en cuenta que estos trabajadores de los que hablamos vivían en condiciones deplorables, muchas se veían en la necesidad de migrar a otros países por que su gobierno no podía ofrecerles mucho. La llegada de esta industria sin duda alguna le proporcionó una economía un poco más estable, y una razón para aún poderse quedar en su país, ayudó a esta gente, peeeeero ¿es realmente una ayuda? ¿O es un abuso de la situación? Creo que es algo que hay que tomar muy en cuenta, pero tampoco significa que uses esto de justificación para seguir consumiendo sin control. Considero que un comercio justo equilibraria tanto al empresario como al trabajador. Sé que al ser empresario buscas el mejor precio para sacarle mayor partido a tus ventas, pero si para eso debes vendarte los ojos para evitar ver las pésimas condiciones que tiene tu personal sólo por ganar más... que manera tan inhumana de ser.
La necesidad de adquirir lo más nuevo puede llegar a ser tóxica, hace que nos aburramos de nuestras prendas y queramos adquirir más y más, llegando a un punto en el que, aunque satisfagamos esa necesidad, en muy poco tiempo querramos más. Muchas prendas pasan de moda tan rápido que ni siquiera son vendidas en las tiendas y terminan directo en los basureros.
La llegada de las compras de segunda mano sin duda ha ayudado muchísimo a promover que no es necesario ser “clase baja” para gozar de los beneficios que nos trae este movimiento. Con esta práctica se promueven nuevas alternativas de consumo más responsable y sobre todo más amigables con el medio ambiente. Sé que muchas chicas son como yo pues amamos la ropa y la moda, pero no por eso debemos llevarnos al planeta entre los pies. Y déjame decirte en este punto que he encontrado ropa de mejor calidad, más de mi gusto y unas exquisitas joyas en lugares de segunda mano. Así de simple, se tenia que decir y se dijo.

Toma en cuenta que dejar de comprar no es exactamente la solución que buscamos. Quiero que generes consciencia de tus compras, que te detengas a analizar si REALMENTE necesitas eso, además de que aprendas a calcular la vida útil de la prenda. Checa su material, de que está compuesta, las instrucciones de lavado para perdurar su vida útil, y sobre todo, si es ropa en “tendencia” pues nunca nadie le ha dicho que no a un básico en nuestro clóset, ¿no? Te comparto aquí una serie de mitos que suelen salir cuando tocamos este tema. Anímate a experimentar y vivir tu propia experiencia.
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