Este año se llevó a cabo la COP (Conference Of the Parties o bien, conferencia de las partes en español) número 26 por parte de las Naciones Unidas Contra el Cambio Climático (UNFCCC, por sus siglas en inglés) con un éxito moderado y finalizó un día después de lo previsto. Estas conferencias se llevan a cabo para hacer una negociación y se presentan propuestas por parte de los gobiernos de todos los países, así mismo se crean y firman acuerdos y se establecen metas para juntar fuerzas y luchar contra el mayor de nuestros problemas: el cambio climático. Así mismo, se pretende demostrar la urgencia y las oportunidades de avanzar hacia una economía neutra en carbono, así como el poder de la cooperación internacional para hacer frente a estos retos. El objetivo principal de esta conferencia era limitar el aumento de la temperatura a 1.5 grados centígrados, según lo que se había acordado en 2015, en el Acuerdo de París.
Quisiera resaltar que todo el año éste evento fue muy esperado, sobre todo luego de la publicación del IPCC el pasado Agosto del año en curso (que por si no han leído ese post, se los dejo aquí para el contexto) pues en este informe se visibilizó la dimensión de la catástrofe que será para muchos países el aumento de la temperatura global pues, de seguir el sistema actual, los efectos podrían ser irreversibles.
Hubo mucho pesimismo respecto a esta conferencia y cómo es que se llevó a cabo: desde los 400 jets privados que aterrizaron al evento hasta el menú que se dió a los asistentes que incluía carne, siento la industria ganadera el mayor contaminante por la producción de gases de efecto invernadero y uso del suelo. Aún así, y por si aún no lo habían notado en mis escritos, me considero una persona bastante positiva así que intenté rescatar lo mejor de la COP26 para que su mente no caiga en una devastadora eco-ansiedad (que sí, seguro me atacará luego de finalizar esta investigación).
La conclusión del evento nos dejó un conjunto de decisiones que pueden esperanzarnos para los próximos años venideros (resaltaré en verde donde México forma parte del acuerdo en cada punto):
La conferencia adoptó un nuevo proceso para de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero durante los ocho años que restan a esta década.
Después de seis años, la COP fue capaz de resolver los temas pendientes del artículo seis, para regular los mercados de carbono a nivel global.
Por primera vez en la historia de la COP, se acordó una reducción gradual de emisiones de carbono y de entre los 103 países que firmaron México es uno de ellos.
Más de 140 países, incluido México, firmaron la Declaración de los Líderes de Glasgow sobre Bosques y Uso de la Tierra cuyo objetivo es conservar y restaurar los bosques durante la próxima década.
Más de 70 países se comprometieron a eliminar la producción de carbón, sin embargo, China no acordó esto siendo éste país uno de los que más aportan emisiones de carbono al planeta.
Los países se comprometieron a revisar más rigurosamente sus Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional sobre emisiones de GEI para presentar avances reales el próximo año.
Más de 100 países, entre ellos México, Estados Unidos y la Unión Europea acordaron reducir las emisiones del gas metano, que tienen efecto invernadero, para 2030.
México es uno de los 100 países que firmaron la Declaración de Glasgow sobre vehículos y furgonetas de cero emisiones para poner fin a la venta de motores de combustión interna en el año 2035 (en los mercados líderes) y en 2040 en todo el mundo.
Diez países, liderados por Costa Rica y Dinamarca, anunciaron la alianza BOGA (Beyond Oil & Gas Alliance) para iniciar la transición que acabe con la producción de gas y petróleo, países como Suecia no permitirán extraer ni explorar crudo o gas en sus tierras y aguas a partir del 2022.
Considero que la COP26 nos dejó con una gran decepción, sobre todo a mi como Mexicana pues tenía grandes expectativas para un país que tiene todos los recursos para transicionar a algo mejor pero decide mejor invertir millones de pesos en la rehabilitación de una de las más grandes refinerías del país (y por si fuera poco, presumirlo en redes durante los días que se lleva a cabo la COP26). Creo que muchos esperábamos que el uso de carbón y petróleo se redujera a cero por la emergencia climática que YA estamos viviendo, pero al final sólo se reducirán (y eso con suerte). Así mismo, México mantuvo los mismos objetivos del 2015: Reducir 22% sus GEI y 51% sus emisiones de carbono negro para 2030... pero hasta la fecha, no se ha cumplido nada en lo absoluto.
Cabe destacar que muchos de los países subdesarrollados están limitados en cuanto a sus cambios y posibilidades, y aunque se había negociado con los países más desarrollados el destinar 100,000 millones de dólares al año para el Green Climate Fund con el que se pretendía apoyar a dichos países, esta meta se aplazó al año 2025, a pesar de su planteamiento desde el año 2009 en la COP15 celebrada en Copenhague, Dinamarca.
México se ha quedado en el siglo pasado. Muchos países están avanzando hacia la neutralidad climática para 2050 y nosotros vamos en el sentido totalmente opuesto. México ha perdido un liderazgo internacional que era reconocido, sin duda alguna. El cambio climático impactará a los países más vulnerables y aquí es donde entra México, pues a nosotros nos empezará a afectar primero.
Los países volverán a reunirse en 2022, en la COP27, para informar sobre sus nuevas metas en materia de reducción de esas emisiones. Esperemos que la visión y las metas para México sean más prometedoras, pero más allá de eso, que sean realidad.
Fuentes: Naciones Unidas. Tecnológico de Monterrey. El Heraldo. El economista.